viernes, 26 de abril de 2013





"Ya odio a mi novia", dijo.





Demasiado bueno, para ser real.

"La curiosidad ha matado más corazones que gatos."



Todavía me acuerdo de la absurda idea que un día me planteó, acerca de demostrarme
que el "verdadero amor" existe y que "los finales felices" eran posibles.
Patrañas.

Y más fresco tengo aún, ese día en el que le hablé acerca del KARMA.
¿Será que yo soy el suyo, por haber jugado con tantas niñas?
¿Me toca jugar con él y partirle el corazón como él lo hizo con muchas otras?

Hoy entendí porque nunca di mi 100 y me entregué por completo.
¿Para qué? Si al final sería el mismo cuento.

La curiosidad sumada al ocio; me llevó a encontrarme con conversaciones que no quería leer,
con cosas que de verdad no quería saber. Y ese caparazón que llevé puesto durante 7 meses,
por fin resultó demostrar su función.

{ Dolió, pero no tanto. }

Si bien no me puedo auto nombrar "fuerte", si puedo decir que cada uno de nosotros
conocemos los vacíos que tenemos y cual es, a nuestra consideración, la mejor forma de llenarlos.
Yo conozco bien los míos, él se sabe de memoria los suyos; pero el que corresponde al
plano emocional-sentimental que una novia llenaría, ese...



...ya NO lo va a llenar CONMIGO.